Miguel Justiniano Camacho – Militante de COLUMNA SUR
Con la situación de
la juventud boliviana en el marco social, político ideológico, esta es la
respuesta que más se asemeja a lo que pretendo expresar.
¿Por qué la pasividad de la población boliviana en
general y la juventud revolucionaria en particular?
Si entendemos que
ser revolucionario parte de un germen de acentuar las contradicciones para
avanzar hacia (X) o (Z) dentro de un proceso, ¿Por qué la juventud revolucionaria no está haciendo lo que le
corresponde como deber histórico?
Una de las muchas respuestas
coherentes que he encontrado ante la dicotomía es “la falta de una vanguardia revolucionaria.”
Partiendo desde el
principio que no cabe actividad revolucionaria
con incidencia real fuera del Movimiento al socialismo (MAS IPSP), debemos
saber interpretar de una manera propositiva y critica para poder así vislumbrar
a lo que queremos llegar.
La necesidad de
esta Vanguardia Revolucionaria es aplicable a la generalidad de las
organizaciones conformantes del proceso de cambio, y adquiriendo aun más
importancia si se puede en los colectivos juveniles o que se identifiquen con
las luchas generacionales.
Ser vanguardia
significa ir a la cabeza, no como líder luminoso
indiscutible, siquiera eso, no significa ir como líder. Vanguardia significa aquel que abre camino, no de una manera
lineal, vertical, o coercitiva, si no aquel
que toma la iniciativa para abrir camino, como el poema de Antonio Machado
y cito textualmente:
-“Caminante no hay
camino, se hace camino al andar”-
Y me adhiero a su
significado literal, puesto que hemos de marcar sendero profundizando cada vez más
este proceso, puesto que nuestro horizonte es la emancipación -lucha de los
débiles de nuestra sociedad-, de los obreros, de los campesinos.
No ha habido camino
antes, estamos frente a una maraña de monte impenetrable y debemos de hacer
sendero a punta de machete para que nuestros camaradas y compañeros de lucha
puedan transitar de una manera mucho más práctica por él.
Este es el
significado de vanguardia; si no tenemos este grupo de valientes compañeros que
se internen en el monte más frondoso para hacer el camino, nuestra lucha y
nuestro horizonte está a la deriva.
No nos basta con
tener claro dónde vamos, también es de igual importancia “Como” y “Por donde” vamos para llegar a ese “Donde”, puesto que si no
tenemos estas dos anteriores claras nos podemos perder en el camino de ambas.
Son vicisitudes que
hoy en día tienen que llamar nuestra atención para así poder resolverlas de la
manera más rápida y efectiva posible.
Ojala el día de
mañana tengamos no una ni dos organizaciones de vanguardia, si no que la
juventud empoderada bajo el mensaje de Revolución Socialista en lo más amplio
de su significado, pueda considerarse una vanguardia en sí.
El hecho de ser joven esta intrínsecamente unido al hecho
de ser vanguardia puesto que hacen falta las aptitudes
que traen con si la juventud para ser bandera… vigor, energía, contundencia, valentía y confianza en tu horizonte
para poder influir sobre el común que no está convencido hacia “Dónde”, o “Como”
o “Por donde”.
Esa es nuestra
labor, la ardua y difícil labor de hacer camino y citando un poco más del poema
de Machado:
“Si al andar se hace camino, y
al volver la vista atrás
Has de ver el camino que no
has de volver a pisar”
Puesto que de errores se aprende y de derrotas se
construye el porvenir y los cimientos de nuestra añorada sociedad socialista.
Si bien los victoriosos son aquellos que escriben la
historia, los derrotados de la historia hemos sido los que no han cesado en su ímpetu
por cambiar la realidad en la que nos vemos subsumidos, por una realidad mucho más
justa e igualitaria.
Finalizando con el
poema….
“Caminante no hay camino, solo estelas en la mar”.